Sociólogo, actualmente jubilado, desarrolló su actividad profesional en el ámbito de la comunicación empresarial. En 2010, inició su colaboración voluntaria en la Sociedad de Ciencias Aranzadi y en la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica (ARMH).
Aficionado a la fotografía, ha centrado su colaboración en documentar los trabajos de localización y exhumación de fosas comunes, así como en la investigación en archivos y recogida de testimonios. Después de diez años, integrado en excelentes equipos de voluntarios, ha documentado con más de 5.000 fotografías cerca de 100 exhumaciones, prospecciones y homenajes; recogido testimonios en 36 libros de visitas, manuscritos a pie de fosa y traducidos al inglés y a otros idiomas; y varias decenas de vídeos que recogen estos trabajos y testimonios. Afirma que es fundamental denunciar la ausencia de una política de los derechos humanos en España, que reconozca a las víctimas del fascismo franquista su derecho a lograr verdad, justicia, reparación y garantía de no repetición, que se evidencia en la existencia de fosas comunes donde reposan los restos de miles de personas asesinadas y hechas desaparecer por defender la democracia.
El conocimiento de la represión fascista contra la población civil en España tuvo un desarrollo estemecedor cuando fue ampliamente acreditada la existencia de miles de fosas comunes, con restos de más de 120.000 víctimas, diseminadas por todo el territorio nacional. La política del olvido, de la ignorancia social sobre lo ocurrido, estaba cimentada sobre el terror. La existencia de una sociedad democrática con esa realidad paralela se evidenció inconciliable. Aranzadi, entre otras entidades, aportó luz a la situación.
Son muchas las trazas que permiten elogiar la labor y el compromiso de Paco Etxeberria, no solo en el ámbito de las víctimas de la Guerra Civil. Su capacidad pedagógica le clava a uno en el suelo y hasta parece que es fácil todo tipo de ciencia.
Ciencia que él aplicó también a las exhumaciones. Con sus propias palabras: << Priaranza del Bierzo (León), es la primera fosa que se abre con metodología científica. Ahí nos dijimos: “No es posible que esto lo hagan los familiares y amigos los sábados por la tarde con una azada”. Tuvimos la certeza de que no era justo, y nos implicamos. Desde entonces, más de 8.000 esqueletos en 500 fosas >>. Con la exhumación de Priaranza se conmocionaron las expectativas de miles de familias, pues tras una muerte violenta y casi ocho décadas enterrada en una fosa era posible identificar a una persona. Esa conmoción de las familias motiva a colaborar con Aranzadi.